Un espacio para soñar - Capítulo 1

Ada white

¿Qué os parece si comenzamos con una historia, romántica claro, hecha entre todos, donde cada uno pueda aportar una escena? Esta podrá ser una comedia, con toques de intriga o lo que a vosotros os apetezca. Pues los giros de la historia los iremos hilando con vuestras aportaciones. Yo os presento a los protagonistas y un comienzo. ¡A ver que sale! ¿Os animais? Las historias que surjan las iremos colgando en el Blog para que todos puedan leerlas.


EL DESPERTAR DE CRIS

 Estaba apurando el último gin-tonic de la noche del sábado junto a Lidia y Judit, mis dos incombustibles amigas desde hacía más de...bueno, de toda la vida, en el bar al que solíamos ir cada semana. Empezaba a cansarme de esa rutina que, aparte de las risas que compartimos, no me aportaba nada nuevo. Empezaba a necesitar algo más, pero no sabía definir exactamente qué era.
 Mi vida era ordenada y rutinaria. Sí...rutinaria, no me gustaban los sobresaltos ni las situaciones que no podía controlar. Quizás por eso trabajaba desde casa como traductora de textos. Eso me daba autonomía y no tenía que relacionarme con nadie que yo no quisiera.
 Estaba cerca de cumplir los 42 años, seguía soltera y en aquellos momentos no tenía intención de dejar de serlo. Pero he de reconocer que en ocasiones encontraba a faltar una compañía del sexo opuesto. No es que tuviese problemas para encontrar pareja, es que no quería. Me consideraba del montón, 1,62 mt. de altura, pelo castaño claro, ojos marrones tirando a negros, de silueta española, como acostumbraba a definirme, porque tengo la forma de una guitarra española. Aunque me dicen exagerada, es como yo me veo. De facciones agradables y eso sí...sonrisa fácil.
 De golpe, como si hubiese descubierto la forma de parar el cambio climático en 24h. Aparté la copa vacía y dí un manotazo en la mesa. Las chicas se asustaron dando un respingo en sus sillas.
 -¡¡¡¿Qué pasa Cris?!!! ¿Te duele algo?
 Dijo Lidia asustada, hasta que vió mi cara sonriente y cambió a modo asesino.
 -¿Se puede saber por qué nos has dado este susto loca del moño?
 Quería disculparme porque no había sido esa mi intención, pero al ver sus caras me entró la risa floja y eso, aún enfureció más a Judit, que sin pensarselo dos veces, levantó la mano y me dió una colleja de las suyas.
 -¡Idiota! casi me atraganto con el cacahuete.
 Cuando paré de reir me disculpé dándoles un achuchón a cada una porque sabía que eso era infalible.
 - Venga chicas...lo siento. De verdad...no quería asustaros. Es que se me ha ocurrido una locura. Sé que no os va a hacer mucha gracia...pero acabo de tomar una decisión.
 -¿y esa locura es...? -preguntó Lidia con cara de - a ver que nos suelta esta loca ahora -
 -Pues...he decidido que voy a dar la vuelta a España. De golpe me he dado cuenta de que necesito abrirme a conocer gente nueva, tener nuevas experiencias. En definitiva darle un giro a mi vida de 360 grados. Total, el trabajo lo puedo realizar desde cualquier sitio en el que pueda conectarme a Internet.
 Las caras de mis amigas eran un poema, bueno...el poemario entero. ..... (Ada White)

 Intenté explicarles que nuestras vidas eran muy normales.
 - Aparte de trabajar y divertirnos, ¿hacemos algo que, realmente, nos dé un motivo para luchar por algo más que nosotras? Tendríamos que pensar en otras mujeres, -dije muy tranquila. Hacía poco, había leído acerca de la pobreza y situación de las mujeres en Bangladesh y me sentía culpable de alguna manera. A mi no me faltaba de nada...... (Manuela Portal)


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